Entrenamiento & Running.
Todas tienen ventajas y desventajas, no es que exista una mejor que otra, como así también algunas son más exigentes que otras para algunas articulaciones, en especial el tobillo.
La selección de la superficie que elegimos para correr no tiene grandes secretos, ni mucho menos. En general, la decisión depende de las preferencias de cada uno y, claro, de las posibilidades que tengamos a mano. Pero es importante aclarar que ninguna de las superficies es mejor que la otra, sino que tienen diferentes característas.
ASFALTO
Se trata de la superficie más “común” (y fácil) para los que habitamos la ciudad. La ventaja principal se da en que, salvo excepciones, suele no tener baches ni obstáculos que puedan provocar una caída o torcedura. Sin embargo, el tráfico vehicular puede ser un inconveniente, por lo que es importante estar muy atentos y en lo posible elegir bicisendas o calles poco transitadas.
CINTA
Es ideal para los que prefieren “tener todo cerca”. Correr en el mismo lugar donde se hacen pesas, por ejemplo. Otra ventaja que presenta la cinta es que, debido a que se pueden apoyar envases de bebidas, se puede mantener una perfecta hidratación. Además, evitás estar pendiende del tiempo. En su lado menos favorable, se puede mencionar la monotonía que puede provocar. Puede ser recomendable para entrenar evitando un clima muy adverso, principalmente cuando se está levemente enfermo o como precaución, cerca de una competencia importante.
PISTAS DE ATLETISMO
Dentro de las pistas de atletismo, hay varias superficies, dividiéndose en dos grandes grupos: naturales y sintéticas. Las primeras suelen ser similares a caminos de tierra con algún material cobertor (polvo de ladrillo, conchilla, carbonilla, incluso pasto), mientras que las sintéticas son de una especie de goma. Estas últimas presentan una superficie muy veloz, ya que brindan casi el rebote del asfalto, pero permiten utilizar zapatillas con clavos, generando un agarre perfecto y optimizando la tracción. están perfectamente medidas y parcializadas, siendo ideal para entrenamientos de velocidad o en la búsqueda de marcas personales. Quizás el mayor defecto es la monotonía de repetir el circuito cada 400 metros.
CESPED
Debido al mínimo impacto de esta superficie, la hace ideal para trabajar nuestra propiocepción. Además, por esa misma razón puede ayudarnos retomar la actividad luego de una lesión. Sin embargo, es importante estar atento a pozos, piedras o raíces que puedan estar ocultos bajo la maleza y puedan provocar un accidente. También hay que entender que los ritmos pueden ser más lentos, sobre todo con un césped alto, por lo que hay que adaptar las pretensiones de velocidad a la superficie.
TIERRA
Es una de las mejores, por el simple hecho de que miles de años de evolución prepararon el cuerpo para esta superficie. No genera un gran impacto, su irregularidad ejercita la propiocepción y el equilibrio, por lo que colabora en la prevención de lesiones. Sólo se debe estar atento a obstáculos que puedan provocar caídas o torceduras.
ARENA
Los que somos amantes del mar y la playa nos encanta correr sobre la arena. Pero hay que hacer una diferenciación entre la húmeda y la seca; la primera no demanda tanto esfuerzo como la otra y permite mayores distancias y ritmos. En tanto, la seca dificulta mucho el avance y hasta puede generar una torcedura si está muy despareja, como habitualmente sucede. En ambos casos pueden ser útiles los trabajos de fuerza, pero siendo gradual en su uso, ya que genera un gran desgaste.
Si tenés problemas de esguinces frecuentes, sensación de inestabilidad o que en cualquier momento se te va a doblar el tobillo no dudes en consultarnos.