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Patologías
Información sobre distintas patologías de pie y tobillo
Tobillo
Pie
Notas de interés
Webinar SLARD – FLAMeCiPP INESTABILIDAD LATERAL DE TOBILLO
Participación académica del Equipo de Pie y Tobillo del IJS en el 50° Congreso SAMECIPP
Consenso Internacional de Manejo de Infecciones Periprostética
El Equipo de Pie y Tobillo del IJS en Boston #AOFAS18
Preguntas frecuentes
Anatomía
Al pie se lo divide en tres regiones, el retropié, el mediopié y el antepié.
¿Cuántos huesos hay en el pie?
En total el pie tiene 28 huesos.
¿Cómo se llaman los huesos del pie?
En el retropié tenemos al astrágalo y calcáneo.
En el mediopié, escafoides, cuboides, la primera, segunda y tercer cuña.
En el antepié los metatarsianos del primero al quinto y el hallux con 2 falanges y del segundo al quinto dedo 3 falanges en cada uno y 2 huesos sesamoideos bajo el primer metatarsiano.
La importancia de la formación médica.
Un médico para ser traumatólogo ortopedista debe realizar la residencia en un centro habilitado y avalado por la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología (AAOT). Luego de 4 a 5 años de dicha formación nosotros optamos por centrarnos en un área en particular dentro de la ortopedia y traumatología, el Tobillo y el Pie, por lo cual realizamos una subespecialización (fellowship) de más de dos años en los centros más importantes de Cirugía de Tobillo y Pie de Argentina y en el Exterior (USA, Suiza, Holanda y España).
La formación adicional de un fellowship nos permite agudizar nuestra visión, conocimiento y entrenamiento quirúrgico buscando como objetivo la excelencia en nuestra práctica.
Como resultado, hemos desarrollado un alto nivel de experiencia en el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades y lesiones (traumáticas, deportivas, artrósicas, degenerativas y malformaciones) que afectan a los pies y los tobillos. Nuestra formación y experiencia se traduce en mejores resultados y menos complicaciones para nuestros pacientes.
Cuando un paciente debe seleccionar un cirujano ortopédico, la formación y la experiencia de dicho cirujano son primordiales.
Ante cualquier duda, contacte conmigo.
La cirugía percutánea es aquella que es llevada a cabo a través de pequeñas incisiones en la piel y con micro-instrumental específico para tal fin. A través de esta técnica pueden tratarse un gran número de patologías del pie, entre ellas Hallux Valgus (juanete), metatarsalgia (metatarso vencido), deformidades de los dedos menores (dedos en garra, dedos en mazo y dedos martillos), neuroma de Morton, Juanetillo de sastre, periostitis, etc.
Si bien es una técnica que en manos experimentadas permite tratar diferentes patologías, no todos los pacientes ni todas las patologías del pie se benefician de esta técnica. Así también muchas veces se realizan en un mismo pie combinación de técnicas percutáneas, mini-invasivas y convencional.
No. Como cualquier procedimiento quirúrgico pueden ocurrir complicaciones, algunas que le son propias y otras comunes con cualquier otra intervención. A fin de minimizar las posibilidades de que éstas aparezcan es de capital importancia la selección de qué paciente se va a beneficiar con el empleo de esta técnica, y de que la misma sea realizada por un especialista debidamente instruído y avalado por la Sociedad Argentina de Medicina y Cirugía de la Pierna y el Pie (SAMECIPP).
No. La cirugía láser no existe en el contexto de la patología del pie (acá en Argentina ni en ninguna otra parte del mundo). Hasta hoy, a pesar de reducir el tamaño de las incisiones y adaptar el instrumental microquirúrgico no hay otra forma de operar el pie que realizando mini incisiones en la piel.
Como cualquier procedimiento quirúrgico debe realizarse en un quirófano, con las medidas de asepsia y esterilidad utilizadas para cualquier procedimiento quirúrgico. Además en un quirófano el paciente se encuentra monitorizado y controlado por el anestesista y el equipo de cirugía.
Al igual que para la mayoría de procedimientos en el pie y tobillo la anestesia utilizada es regional. Esto implica que mediante una técnica específica de anestesia, se localiza bajo control ecográfico el nervio que se quiere anestesiar, logrando anestesiar sólo el pie. Además se realiza al paciente una suave sedación para que esté tranquilo. Este tipo de anestesia también trae ventajas en el manejo del dolor posoperatorio ya que el bloqueo regional dura entre 12 y 18 hs logrando que en el momento de mayor dolor el pie esté totalmente dormido. Antiguamente se hacía anestesia raquídea (o a veces conocida como peridural), hoy en día no la utilizamos salvo casos muy puntuales.
El posoperatorio de la cirugía de pie (abierta o percutánea) ha cambiado en gran medida gracias a la introducción de la anestesia regional. El procedimiento es ambulatorio (no es necesario estar internado), se permite pisar desde el día de la cirugía, siempre protegido por el zapato postquirúrgico y en trayectos cortos. Se realizan curaciones semanales, hasta aproximadamente la cuarta semana donde se retira el zapato postquirúrgico y se puede progresivamente ir calzando zapatos habituales.
En condiciones normales, las cicatrices son pequeñas, de algunos milímetros. Durante el acto quirúrgico y el posoperatorio se toman medidas para mejorar el aspecto de la herida, pero es importante saber que independientemente de la técnica cada paciente cicatriza de una forma particular. Si usted tiene tendencia a generar cicatrices hipertróficas o queloides, es probable que esto pueda repetirse en el pie.
Es un cuadro caracterizado por dolor en la planta del pie, más frecuentemente en el talón. Generado por la inflamación de un tendón que conecta el hueso del talón (calcáneo) con la base de los dedos. El dolor más característico es matutino, al levantarse de la cama y mejora con los sucesivos pasos. También existen variantes del cuadro doloroso el cual aparece al estar parado mucho tiempo o al final del día.
No. Antiguamente se creía que era la causa del dolor, pero hoy en día se sabe que el espolón calcáneo es una pequeña formación ósea en la cara plantar del calcáneo creada por la tracción de un tendón (no la fascia plantar), es un hallazgo radiográfico, presente en muchos pacientes que no tienen dolor en la planta del pie. O sea, tener un espolón calcáneo no es sinónimo de dolor en el talón.
Si bien no está claramente identificada la o las causas que generan este cuadro, es más frecuente en personas que pasan mucho tiempo de pie, corredores, y en personas que tienen gemelos e isquiotibiales menos elongados. Es fundamental evaluar cuál es el complejo muscular afectado para tratarlo debidamente.
Inicialmente el tratamiento es ortopédico y consiste básicamente en elongar el complejo fascia-gemelos-isquiotibiales (los músculos de la parte posterior de la pierna). Esto puede hacerse con ejercicios específicos que el especialista le indicara en la consulta dependiendo de cuál sea la contractura predominante.
La cirugía láser para el tratamiento de deformidades del pie y tobillo no existe en la actualidad ni en Argentina ni en ningún otra parte del mundo. Lamentablemente existen profesionales que hacen confundir al paciente o pacientes que piensan que como prácticamente las incisiones son muy pequeñas se los operó con láser, pero no es así.
La cirugía para esta patología en particular es el último escalón de tratamiento. El procedimiento clásico es la liberación (sección) de la fascia plantar cerca de su inserción en el hueso del talón. Este procedimiento tiene resultados variables. En busca de un procedimiento más seguro, hoy la tendencia es “alargar” el gemelo (en la pierna o en el hueco detrás de la rodilla según la técnica). Es fundamental recalcar que sólo un pequeño porcentaje de pacientes que no respondieron al tratamiento conservador correctamente indicado pueden considerarse candidatos a la cirugía.
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